LAS CIENCIAS SOCIALES Y LA NUEVA EPISTEMOLOGIA

Entendiendo la filosofía como aquella que estudia los principios, fundamentos, extensión y métodos del conocimiento humano. La búsqueda de la estabilidad perdida exige la elaboración de un nuevo modelo de saber que permita a la realidad ser comprendida en un nivel teórico y organizada u ordenada nivel practico, es por ello que existe la respuesta del positivismo ante esta nueva realidad.
Auguste Comte Spencer y John Stuar Mill quienes a pesar de sus diferencias compartían las tesis centrales del positivismo que quiso reducir el conocimiento valido y verdadero al conocimiento científico, ello es al conocimiento que surgía luego de aplicarles a un conjunto de hipótesis el método científico. 
El positivismo filosófico tiene un presupuesto ontológico: que concibe el mundo ya no como un sistema racional de esencias inmutables y metafísicas sino como un conjunto de fenómenos, hechos o acontecimientos un dato o un conjunto de datos que se constituya en el único objeto posible de nuestra experiencia. La realidad esta totalmente hecha, acabada, externa y objetiva frente al sujeto consonante.
 
Presupuesto lógico: este conjunto de fenómenos y acontecimientos que pueblan el mundo real están sometidos al principio lógico de causalidad, lo que implica, que la realidad está sometida al dominio de las relaciones causa efecto permanente y constante, para esta concepción de la ciencia el conocimiento valido universalmente no es el de la esencia o el ser de los fenómenos sino el de sus conexiones causales tal y como lo exigía la tradición galiliana.
Presupuesto metodológico: es del cientificismo naturalista que surge a principios del renacimiento y que establece como criterio de validez de todo saber la exactitud y la seguridad de las ciencias fisicomatemáticas para ello era necesario acoger como modelo racional de conocimiento el método inductivo de las ciencias naturales que permite establecer leyes generales a partir de la constatación de hechos singulares.
 
El resurgimiento del positivismo 
 
El conocimiento científico es aquel que proviene del análisis que articula la teoría lógico-matemática de la verificación empírica de allí se explica Rudolf Carnap quizás el pensador más representativo del círculo de Viena, considera que su tarea era la de reconstruir racionablemente todos los enunciados de la ciencia unitaria universal. Según él la filosofía se reducía al análisis lógico de enunciados empíricos significativos contenidos en el lenguaje de las ciencias su finalidad por tanto era la de hallar un lenguaje científico universal nuevo neutro y univoco sin antecedentes históricos.
 
El primer positivismo perseguía el saber absoluto. Ahora se persigue la formalización absoluta, un sistema de enunciados exactos, precisos y formalizados, en donde no aparece la ambigüedad, la vaguedad y en donde cada signo representa unívocamente la realidad. Solo un sistema de enunciados como este puede ser verificado y por tanto puede ser portador de conocimiento científico.
 
Karl Popper y el falsacionismo 
 
La verificación presupone la inducción como principio lógico de la investigación científica, Popper afirma que hume tenía razón cuando afirmo que la inducción no puede fundar válidamente el conocimiento científico.
 
En el ensayo el problema de la inducción Popper afirma la imposibilidad lógica de una inferencia inductiva no solo en si misma sino también como lógica de la investigación científica. En este escrito, al que hacemos ilusión, se señala el origen del problema lógico de la inducción al que a su juicio se halla en la constatación de tres principios enfrentados
 
1- El descubrimiento de hume que es imposible justificar una ley mediante la observación o experimentación, en la medida en que esta trasciende la experimentación.
2- La constatación de que la ciencia propone y utiliza leyes por todas partes y por todo el tiempo.
3- El principio del imperismo, según el cual, la observación y experimentación son los criterios que permiten establecerla aceptación o rechazo de los enunciados científicos, en donde deben incluirse leyes y teorías.
 
Sin embargo, la oposición entre el principio 1 y 3 es solo aparente cuando se entiende la aceptación de una ley o teoría por parte de la ciencia es tentativa, cuando se acepta que toda ley o teoría científicas una conjetura o hipótesis tentativa y por ello frente a una nueva evidencia, se puede rechazar una teoría anterior sin que tenga que desecharse la evidencia que esta fundaba.
El principio de inducción se vuelve innecesario cuando se es consciente de la fiabilidad del conocimiento humano, esto es, cuando se acepta el carácter conjetural del mismo, cuando se admite que la ciencia no es acumulación de verdades demostradas sino mas bien de una labor de corrección, de refutación de hipótesis existentes través de la crítica y del método de prueba y eliminación de error.
 
EL PROBLEMA DE LA RACIONALIDAD DE LA CIENCIA JURIDICA.
 
        No deja de llamar la atención que muchos juristas teóricos y jueces sigan empeñados en tratar los asuntos jurídicos como si fuesen problemas matemáticos o científicos naturales, lo que no contribuye a una comprensión cabal de la naturaleza de la practica jurídica. El termino ciencia jurídica que habitualmente realizan los jueces y juristas produce confusión y ello porque habitualmente el termino ciencia remite en la modernidad, como ya lo vimos, a procedimientos guiados por la fría inteligencia y desligado de elementos emocionales y valorativos, que de ordinario se identifican con lo subjetivo. Quien interpreta un hecho o una norma siempre tiene un punto de vista interno, es un participante comprometido y sometido a un horizonte de comprensión hermenéutico en el que los prejuicios y valoraciones cobran gran importancia.
El problema de si es posible o no hacer de la tarea del juez o del jurista una ciencia como la matemática o la lógica, o que pueda funcionar con los mismos grados de certeza de las ciencias naturales, es propia de la mentalidad positivista que se gesta a finales del siglo XVIII Y principios del siglo XIX 
 
EL IDEAL CIENTIFICISTA DEL POSITIVISMO 
 
Ahora bien, si nos preguntamos porque fue importante igualar la practica del jurista a la del científico, hallamos la respuesta en el ideal cientificista de la modernidad, que vio la ciencia modelo de conocimiento cierto y valido, relegando a la filosofía, a la que se identifica con la metafísica a un saber poco seguro.
 
La idea de ciencia moderna aparece atada a la noción de conocimiento objetivo y necesario y a la idea de que ella a diferencia de los otros saberes, permite el establecimiento de los juicios concluyentes y convincentes que gozan de legitimidad.
 
Así las cosas, presentar una afirmación cualquiera, que previamente ha sido calificada de científica, trae consigo una carga de autoridad incuestionable, en la medida en que se entiende que lo sostenida no es producto del arbitro individual o de ciertas preferencias subjetivas sino de un proceso racional y objetivo.
 
Desde esta perspectiva, lo importante no es interrogarse si la actividad del jurista es científica, sino saber si puede o no ser controlada por la razón, esto es, si se puede o no ser considerada racional, a pesar de que no funcione con los mismos niveles de certeza ni con le mismo modelo de racionalidad que lo hacen las ciencias naturales.

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